Coches de hidrógeno: La guía definitiva de 2020

El futuro de los coches de hidrógeno

Los coches de hidrógeno están considerados como una de las mejores opciones del futuro, junto con los coches eléctricos, para reducir las emisiones contaminantes. De hecho, existe desde hace años un debate sobre cuál de los dos modelos es mejor.

Los coches eléctricos son mucho más conocidos, así que ha llegado el momento de descubrir también en qué consisten los coches de hidrógenos y cómo funcionan. Acompáñanos.

¿Qué son los coches de hidrógeno?

Los coches de hidrógeno son vehículos que funcionan con una pila de combustible en la que se mezclan el oxígeno y el hidrógeno para producir la propulsión necesaria para que el coche se desplace.

El coche además de utilizar la pila de hidrógeno para generar agua, también la usa para producir energía eléctrica. Esta electricidad se almacena en las baterías del coche que alimentan el motor, mientras que el agua es expulsada hacia el exterior por el tubo de escape, en forma de vapor.

Al expulsar vapor en lugar de humo, los coches de hidrógeno no producen emisiones perjudiciales para el medioambiente. Sin embargo, la producción del hidrógeno necesario para su funcionamiento sí causa emisiones que afectan al aire.

Respecto a la autonomía que proporciona este sistema, los datos que manejan los fabricantes se encuentran en torno a los 400 y los 600 kilómetros, dependiendo de la marca.

A día de hoy, existen unos 11.000 coches de hidrógeno en todo el mundo y la mitad de ellos se encuentran en California, en Estados Unidos, gracias a las grandes ventajas fiscales para los vehículos con cero emisiones.

Recargar los coches de hidrógeno

Una de las principales ventajas que tiene el coche de hidrógeno respecto al coche eléctrico es su tiempo de carga. En la actualidad se estima que es de unos cinco minutos según datos de fabricantes como Honda o Hyundai.

Además, la forma de rellenar el tanque de hidrógeno del coche es muy parecida a la tradicional y no exigirá la adquisición de conocimientos nuevos o complicados para poder recargar el vehículo.

La maniobra es tan sencilla como aparcar el coche junto a un depósito de hidrógeno y utilizar la manguera pertinente para rellenar el tanque. Esta manguera queda sellada hasta que está completo.

¿Dónde recargar el coche de hidrógeno?

Este es uno de los puntos aún en desarrollo respecto a este tipo de vehículos, ya que no existen demasiadas hidrogeneras como para viabilizar una gran cantidad de coches de hidrógeno.

En algunos países europeos como Alemania, Suecia, Noruega, Reino Unido, Italia o Bélgica se ha tomado en cuenta la pila de combustible como parte de sus planes de movilidad y aspiran a favorecer el uso de los coches de hidrógeno en el futuro.

Teniendo en cuenta que la construcción y adecuación de una hidrogenera tiene un coste de entre 500.000 y un millón de euros, es necesario garantizar una rentabilidad antes de que se expanda la red de recarga para coches de hidrógeno.

Pila de hidrógeno para coches

Una pila de hidrógeno o pila de combustible, es un dispositivo electroquímico que logra transformar la energía contenida en un combustible en electricidad, produciendo al mismo tiempo agua y calor.

Se suele situar justo debajo de los asientos delanteros pero no ocasiona ningún tipo de molestias: ni vibra ni hace ruido. Esto se debe a que no tiene partes móviles y a que no funciona mediante combustión.

El funcionamiento de los coches con pila de hidrógeno es el siguiente:

  1. Los tanques almacenan hidrógeno que después va a parar a la pila de combustible.
  2. El oxígeno en forma de aire pasa a las celdas de combustible que se encuentran dentro de la propia pila.
  3. En estas celdas se combinan el aire y el hidrógeno y su reacción produce agua y también electricidad.
  4. La electricidad pasa a alimentar las baterías del coche, haciendo funcionar así el motor.
  5. El agua que no se utiliza se expulsa fuera del vehículo en forma de vapor.

No es un proceso demasiado complejo.

¿Es peligroso el hidrógeno?

Dada la capacidad del hidrógeno para explotar y arder, han surgido algunas voces de preocupación respecto a la posibilidad de accidentes fatales, relacionados con fallos en el sistema de los coches de hidrógeno.

Como ocurre con otro tipo de carburantes, el hidrógeno necesita oxígeno y una fuente de energía que provoque la ignición. Los coches de hidrógeno almacenan este carburante de forma segura y con un 99,99% de pureza que garantiza la ausencia de accidentes.

Otro argumento a favor de la seguridad de los coches de hidrógeno es que este elemento se disipa con rapidez, así, ante una posible fuga, no se acumularía de forma lo bastante abundante como para provocar una explosión.

Por otro lado, el hidrógeno no es un elemento tóxico, por lo que al mezclarse con el aire en determinadas cantidades, no perjudica la salud de las personas. Además, ayudaría a conservar el medioambiente, ya que no genera contaminación.

Además, hay que recordar que el hidrógeno se utiliza desde hace mucho tiempo para otro tipo de industrias y su transporte y almacenamiento ya cuentan con medidas de seguridad muy eficaces que evitan accidentes.

¿Cuánto cuesta un coche de hidrógeno?

El precio del coche de hidrógeno es una de las desventajas con las que cuenta este vehículo. Es necesaria una gran inversión para producir coches de hidrógeno y eso hace que su precio en el mercado sea más alto.

Por ejemplo, algunos de los precios que se manejan son:

  • 69.000 euros para el Hyundai Nexo.
  • 79.000 para el Toyota Mirai.
  • 61.000 euros para el Honda Clarity Fuel Cell.

Como puedes observar, son precios más elevados que los de un coche eléctrico.

Este coste elevado en la fabricación de los coches de hidrógeno, se debe en primer lugar a los materiales necesarios para la producción de la pila de combustible, elemento esencial para este tipo de vehículos.

Además del precio, también suben los precios de recarga que pueden llegar a ser más altos que los del repostaje tradicional. No solo es cara la producción del hidrógeno sino que el sistema de electrólisis del agua, aumenta también la inversión necesaria.

Sin embargo, desde la Asociación Española del Hidrógeno afirman que si la producción de hidrógeno se realiza a partir de la electrólisis del agua y no de gas natural, los costes podrían reducirse de forma considerable.

Haciéndolo de esta forma, el precio del hidrógeno pasaría a depender de forma directa del precio de la electricidad y entonces se convertiría en una forma de combustible viable y competitiva respecto a otras, además de menos contaminante.

De media, cada kilo de hidrógeno tiene un coste para el usuario de 9 o 10 euros, cantidad que alcanza para recorrer unos 100 kilómetros. En este precio no solo se incluye la producción del hidrógeno sino su transporte y almacenamiento.

Los problemas que trae esta serie de costes es que, siendo más elevados que los del coche eléctrico, no garantizan un rendimiento mayor ya que el coche de hidrógeno requiere mayor energía que el eléctrico para recorrer la misma distancia.

Coches de hidrógeno en España

Hoy en día existen 6 hidrogeneras en España, situadas en Zaragoza, Huesca, Albacete, Ciudad Real y Sevilla, y con planes para construir 4 más en Aragón y Cataluña, en concreto, dos más en Huesca, una en Zaragoza, otra en Lérida y otra en Tarragona.

La previsión actual es que los coches de hidrógeno en 2020, cuenten con un máximo de 20 puntos de recarga en toda la geografía española. Para esto, deberían alinearse una serie de factores que hicieran viable esta propuesta.

La comercialización de coches de hidrógeno en España está vinculada de forma directa a la existencia de una infraestructura que permita el mantenimiento de vehículos de estas características.

Por esta razón, algunos fabricantes de coches de hidrógeno como Toyota aún no venden sus modelos en España sino que se limitan a países donde resultan más viables. Mercedes Benz, Volkswagen o BMW son algunos otros fabricantes que aún no incorporan la pila de combustible en sus planes a corto plazo.

Por otro lado, la producción actual de hidrógeno en España no emite los suficientes excedentes como para enfocarlos a la fabricación de coches de hidrógeno y se necesitaría más energía para ello.

El futuro de los coches de hidrógeno

A la vista están algunas de las desventajas con las que cuentan los coches de hidrógeno aunque todo ello no quiere decir que no sea un mercado con vistas a prosperar. De hecho, se prevé que en el año 2030 puede haber hasta 140.000 coches de hidrógeno en Europa.

Cuanto más aumente la cantidad de coches de hidrógeno en circulación, más se podrán abaratar los costes que se mencionaron antes, y, por lo tanto, se convertirán en vehículos más asequibles.

En Japón, los coches de hidrógeno en 2020 se utilizarán para realizar todo el transporte necesario para la celebración de los Juegos Olímpicos y se pretende de esta forma reducir los costes de hidrógeno a la mitad.

En concreto, planean que haya 40.000 coches de hidrógeno en su parque móvil y además, crear una flota de 200 autobuses de hidrógeno para atender la logística del gran acontecimiento deportivo.

En resumen: si el mercado de hidrógeno baja sus precios, se favorecerá una mejora de las estaciones de recarga y otras infraestructuras que, además, podrán beneficiarse de posibles subvenciones europeas y los coches de hidrógeno serán una buena alternativa para disminuir la contaminación.

 

 

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